La segunda parte de la trilogía política mexicana redactada en tiempo presente, en la que el autor insiste en no ser cómplice del proceso de destrucción que López Obrador (Antonio M. Lugo Olea) encabeza. Un presidente roto por dentro, solo puede romper cuanto le rodea.
Sobre la base de la inexistencia de las culpas absolutas, cuestiona la inocencia de los ciudadanos que obsequiaron en el 2018, 30 millones de votos y en las intermedias lo premiaron con 11 de los 15 gobiernos estatales, innumerables alcaldías y la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión. En esta novela redactada vertiginosamente en el día a día de la 4T, no falta el amor, con pasajes de exquisito erotismo que acompañan al lector en esta novela de completa actualidad, ni se puede omitir la presencia de un justiciero anónimo ni los profundos pasajes en los que se aborda la temática de la desigualdad y de la identidad nacional.