¿De qué se ríe amlo?

¿De qué se ríe amlo?

¿De qué se ríe amlo?



Francisco Martín Moreno
en REFORMA

19 May. 2020


¿Es una risa sardónica, una convulsión de los músculos de la cara que imita la risa o se trata de un rictus sarcástico, o una mueca tragicómica esbozada como consecuencia de la imposibilidad de vencer la realidad con sus decisiones suicidas? En 18 meses de catastrófica gestión de amlo, de su gabinete y de Morena, todavía no encuentro motivos para sonreír, por lo que me pregunto: ¿se está burlando del pueblo de México porque al fin alguien llegó a darle su merecido? Nunca he creído en las culpas absolutas, por lo que me cuestiono: ¿en dónde termina la responsabilidad de López Obrador y comienza la de una sociedad irritada pero resignada a su suerte al permitirle avanzar con singular eficacia en un acelerado proceso de destrucción de la economía y de la paz social, con el descarado apoyo del crimen organizado? Basta con ver las despensas que los narcotraficantes obsequian al pueblo depauperado.

Amlo (escribo su inicial con mayúscula por respeto a la ortografía, al tratarse de un punto y aparte) tal vez se ríe de la inmovilidad de la inmensa mayoría de sus cómplices, pseudoperiodistas que asisten a sus diarias homilías y permanecen dóciles y seducidos a billetazos, al admirar sus estampitas, sus detente, con las que pretende contener a los criminales e imponer el orden en el país. ¿No es gracioso...? López Obrador no es un político inteligente (lo evidente no requiere de pruebas), es, en efecto, un hombre muy astuto, pero sumamente ignorante. Mientras más daña, más llena sus vacíos emocionales y de ahí que se divierta al negar ayuda financiera a las empresas, al detonar el desempleo, y al lanzarlas a la ruina por el Covid-19. ¡Claro que sabe los gravísimos perjuicios ocasionados al cancelar el NAICM y por ello goza las protestas a raíz de sus atrevidas travesuras! ¡Disfrutó con sonoras risotadas la rifa del avión presidencial, mientras los medios seguían su jueguito perverso, criticado con la debida solemnidad por columnistas nacionales y extranjeros, apoyados por los insultantes memes de las redes sociales! Lo suyo es el masoquismo. Los escándalos son motivos especiales de diversión, como la carta ridícula enviada al rey de España, la invitación a Evo Morales, sus "abrazos y no balazos" para combatir al hampa. Sus carcajadas se escuchan a lo largo y ancho del Valle de México cuando le suplican suspender la construcción de Dos Bocas y del Tren Maya, proyectos suicidas no rentables. ¡Sí, y qué!, a ver ¿qué...? ¡Se burla de propios y extraños porque se sabe intocable, mientras no se desfonden por completo los bolsillos de los marginados y no continúen enlutándose miles de hogares mexicanos por la pandemia, administrada para ocasionar el mayor daño posible! ¿Acaso no se ríe cuando se publican los 750,000 empleos perdidos entre marzo y abril? ¿Se ha dolido por ello o por los miles de fallecimientos?

Sabía, ¿o no...?, el alboroto nacional que provocaría al declarar que los pobres son como animalitos a quienes hay que alimentar al no poderse valer por sí mismos, al igual que conocía la gresca que surgiría al despreciar a las calificadoras internacionales de riesgos, al asustar y paralizar a la inversión extranjera y patear a los empresarios mexicanos. ¡Cuánto placer le despierta el ejercicio del poder totalitario! Si algo le produce un deleite inagotable es la cobardía mexicana, una nación de pusilánimes que asiste a la destrucción de la República y reduce su queja a las conversaciones de café o al envío de tuits. Parecía ser que cada mexicano tiene colocada una bomba de 500 kilotones en el trasero, que el Presidente detona desde su escritorio. México tiene el gobierno que se merece, se dice amlo al ver reflejado su rostro sonriente en el espejo negro de Tezcatlipoca: él vino a saciar sus apetitos de venganza, a expulsar sus venenos y rencores y finalmente a incendiar a México, un país de pecadores y corruptos que requieren un castigo divino a manos de él, de amlo, un verdugo iluminado por mandamiento de su dios.

Si México ama su libertad, es la hora de demostrarlo para congelar su sonrisa. Gandhi decía: "Los éxitos del diablo son más grandes cuando aparecen con el nombre de dios en sus labios...".

 
@fmartinmoreno