¿Cuánto más podremos atacar a nosotros mismos al permitir que un tercero continúe destruyendo las instituciones republicanas y el progreso de México? ¿Cuántos siglos más permaneceremos indiferentes ante la desigualdad, la ignorancia y la corrupción?
¿Somos tan ilusos como para no aceptar que los marginados algún día nos obligarían a pagar los daños? AMLO aprovechó, con indiscutible talento político, la centenaria indolencia de los ciudadanos que tomaron, si acaso, medidas ineficientes para desmantelar la brutal expansión de la pobreza sin considerar que a más miseria, más peligro correría el país de facilitar el acceso al poder de un populista, de un mentiroso profesional dotado de una extraordinaria capacidad para engañar con promesas de realización imposible.
¿Nunca imaginamos que la sociedad tenga que pagar el precio de su egoísmo y de su desdén ante los más necesitados? Claro que no tardaría en aparecer un verdugo que aplicaría un purga salvaje, tan severa, que amenazaría con destruir, a modo de sanción histórica, los grandes valores mexicanos.
Hoy en día, la sociedad cómplice, hipócrita, interesada en esconder sus más caros secretos se acerca disciplinada, cabizbaja y muda al patíbulo, desde que, resignada, se presta al chantaje con tal de no ver exhibido ante la opinión pública un cadáver o varios , escondidos en un armario. El poder político se funda en una decantada técnica de extorsión y en la notable incapacidad de protestar de la nación desde los años siniestros de la Santa Inquisición.
¿Creeríamos que al renunciar a la construcción de un Estado de Derecho para sobrevivir cínicamente en el mundo de la impunidad, nunca sufriríamos consecuencias? Apostábamos a la identidad de “El Tapado” sin percatarnos que saboteábamos nuestra democracia… Sabíamos que los empresarios compraban a los líderes sindicales, a los políticos, a los jueces y practicaban la defraudación impositiva, en tanto los funcionarios públicos, por su parte, lucraban en su propio beneficio con nuestros pecados que ninguno de los impuestos denunciara al otro? Valores entendidos…
La sociedad se desentendió de la educación sin fundar universidades como Yale, Princeton, Stanford o Harvard. ¿Nunca supusimos que llegaríamos a pagar la cuenta de 70 años de “Dictadura Perfecta”, de políticos pobres, pobres políticos, de comerciantes que venden kilos de 800 gramos, de columnistas mercenarios, de abogados vendidos a la contraparte, de cirujanos que operan ávidos de pesos sin justificación clínica, de ingenieros que instalan alambrón y cobran varilla, de agricultores que utilizan fertilizantes cancerígenos, de jueces que dictan sentencias de acuerdo al importar de los billetes depositados en su cajón o que venden resoluciones al gobierno, de legisladores que suscriben iniciativas contrarias a sus promesas de campaña, de policías que roban o pierden a los detenidos al dar con el botín,
¿Qué estaremos aprendiendo de esta terrible práctica populista y corrupta que promete acabar con una sociedad podrida? ¿Hasta que concluya la purga haremos un recuento de los daños y diseñaremos una estrategia para evitar en el futuro más 4T de involución social? ¿Construiremos una democracia con un sistema eficiente de impartición de justicia?
Con la dolorosa purga administrada por AMLO pagamos el precio de la indolencia generacional, amortizamos de golpe una deuda social histórica sin imaginar todavía las consecuencias de ingerir un pavoroso laxante que las mayorías nos obligaron a beber como si fuera un brebaje curativo, cuando se trata de una pocima saturada de sustancias toxicas.
Quienes soñaban con una purga administrada por AMLO para sanear el aparato de gobierno, generar riqueza, aplicar la justicia, disminuir la desigualdad, erradicar la corrupción, construir un Estado de Derecho, fortalecer nuestra democracia, engrandecer la marca México y educar a la nación, entre otros objetivos, se equivocaron por no rastrear su carrera política. La purga de AMLO no resolverá nuestros problemas, pero tal vez, como dicen los ingleses, “un mal se arregla empeorándolo…” ¿Será…? Nos destruimos con abrazos…
- Francisco Martín Moreno es escritor y periodista mexicano que se ha especializado con maestría en la novela histórica. Puedes seguirlo en @fmartinmoreno