El precio del desprecio

El precio del desprecio

El precio del desprecio



Francisco Martín Moreno
en REFORMA

15 Feb. 2022

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4 min


Cuando Porfirio Díaz, el golpista, derrocó en 1876 al gobierno constitucional de Lerdo de Tejada, supo medir a la sociedad y con el apoyo de las Fuerzas Armadas se eternizó en el poder en condiciones trágicas, hasta mayo de 1911. El tirano sabía lo que hacía y cómo lo hacía. Victoriano Huerta despreció la respuesta de la nación al mandar asesinar a Madero y a Pino Suárez en 1913. La terrible equivocación costó cientos de miles de muertos y la destrucción del país. La diarquía Obregón-Calles también se apoyó en el Ejército, sí, pero cuando Obregón desdeñó a quienes le rodeaban y a sus enemigos, pagó un elevado precio al ser masacrado en la Bombilla en julio de 1928, después de haber violado el principal postulado de la revolución: Sufragio Efectivo, No Reelección, un principio que, por cierto, ya no aparece en la antefirma de los oficios del actual "gobierno", por llamarlo de alguna manera. ¿Por qué...? Calles, el Jefe Máximo, fue expulsado del país por Lázaro Cárdenas en 1936, solo para que este último colocara las primeras piedras de la "Dictadura perfecta" que duraría más de la mitad del siglo XX.

Salinas se adelantó a la sociedad, otorgó la autonomía al Banco de México, firmó el TLC que hoy implica transacciones de más de mil millones de dólares diarios, privatizó la banca burocratizada, creó el IFE, el TRIFE, la CNDH, el INEGI, la CRE, la COFETEL y ejecutó la Reforma agraria para promover el bienestar en el campo.

Zedillo no despreció a la sociedad ni a las instituciones, insistió en "la sana distancia entre el gobierno y el PRI"; rechazó la opción histórica del fraude electoral para que el PRI perdiera, por primera vez, el control del Poder Legislativo en 1997 y con ello, detonar un promisorio ciclo democrático en el país. Acto seguido, comenzaría la alternancia política para consolidar la estabilidad y el crecimiento económico. Fox crearía el Seguro Popular y el INEE, entre otras instituciones más.

Peña Nieto promulgó la reforma energética, la educativa, la hacendaria, la de competencia económica y la laboral, creó el IFETEL, el INAI y suscribió además el T-MEC, entre otras grandes herencias trascendentales para la nación. Sí, pero suscribió el Pacto de la Impunidad para pavimentar el acceso de AMLO al poder no solo para destruir los éxitos de su gestión, sino para comprometer el futuro de varias generaciones de mexicanos.

AMLO cumplió sus amenazas de mandar "al diablo a las instituciones de la República" desde que "tomó posesión" como "Presidente Legítimo" en 2006. Después de protestar como jefe del Ejecutivo, en 2018, empezó a desmantelar nuestras instituciones con aquello de que "solo servían para robar". Hoy en día, se ciernen todavía ominosos peligros sobre el Banco de México, el INE, el TRIFE, el INEGI y la reforma energética. La CRE, la CNDH, COFETEL, el INEE, el Seguro Popular, el IFETEL, el INAI, la reforma educativa, la hacendaria, la de competencia económica, ya fueron devastadas, al igual que atenta contra la división de poderes. El contubernio entre el gobierno y Morena y la Fiscalía General de la República -¿cuál sana distancia?- solo comprueba el derrotero suicida que sigue AMLO en dirección a la autocracia.

AMLO desprecia a la Constitución, a la sociedad, a la prensa libre, a los Poderes de la Unión, a la oposición, a los organismos autónomos, desprecia la salud de los gobernados, la vida de los pequeñitos enfermos de cáncer, a las mujeres; desprecia los más de 100 mil homicidios dolosos, a los propios militantes de su movimiento, desprecia a los pobres, a los ricos, a las Fuerzas Armadas desde que insiste en sobornarlas, desprecia a las casas calificadoras, a los empresarios, a los académicos y finalmente se desprecia a sí mismo.

México ya no es el de Díaz ni el de Huerta, ni el de Obregón y Calles ni el de la Dictadura Perfecta. Hoy nos comunicamos por medio de 80 millones de celulares y no dependemos de una parte de la prensa escrita o electrónica, ni de la mercenaria, la acobardada o ambas. AMLO ya paga el precio de su desprecio por todo cuanto le rodea. México está vivo, cree en las instituciones: nos veremos en las redes y en las urnas...

 
@fmartinmoreno